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LITOTRICIA EXTRACORPOREA, una solución para la Litiasis Renal.
La litiasis renal. cálculos renales o piedras en el riñón es un padecimiento muy común y casi tan viejo como la humanidad misma, que se ha descrito hallazgos en momias egipcias en las que encontraron huellas de cálculos urinarios.
Litiasis Renal
Este padecimiento, que generalmente es familiar y que por lo común existen padres e hijos con cálculos urinarios, no es su única causa, también se puede deber a una ingesta alta de alimentos que contengan calcio, ácido úrico y oxalatos; entre los más comunes, alimentos que contienen estos componentes son la leche y sus derivados, las carnes rojas y los conservadores.
También se conocen como factores predisponentes los ambientales, como por ejemplo las zonas áridas con temperaturas muy elevadas en donde el cuerpo puede deshidratarse fácilmente si no existe una ingesta de líquidos adecuada. Asimismo existen áreas de nuestro país como Córdoba y Orizaba, en Veracruz, donde el agua es “muy pesada” y contienen elevada cantidad de minerales que pueden saturar la orina y favorecer la formación de cálculos.
La infección urinaria que puede presentarse por diferentes causas tiende a formar cálculos y, de hecho, hace los cálculos más grandes llamados “coraliformes” por la forma que adoptan dentro de las cavidades renales. En algunos casos puede darse una combinación de varios factores, como la herencia, zona poblacional, hábitos alimentarios e infección
La principal manifestación de un cálculo es el dolor. Esta descrito en la mayoría de los libros, que no hay dolor más fuerte que el cólico reno-uretral sufrido por causa de un cálculo impactado en el trayecto de las vías urinarias. Las mujeres, si bien admiten que el dolor de parto es el más fuerte, aquellas que han tenido que sufrir dos los tipos de dolor catalogan al de los cálculos urinarios como los más fuertes, con mucha diferencia; debido a esta situación la atención médica es apremiante.
El dolor no se produce por el cálculo y su daño directo sobre los tejidos, sino por la distensión de las vías urinarias al no poder drenar la orina que forman los riñones hacia la vejiga y luego al exterior, cuando un cálculo es completamente obstructivo. Si bien tenemos dos riñones y dos sistemas urinarios que confluyen en la vejiga y que uno puede suplir la función del otro, si no se atiende la obstrucción renal; la persona que sufre este padecimiento puede perder la función del riñón afectado.
Afortunadamente el tratamiento de este padecimiento ha cambiado con el tiempo y actualmente podemos decir con mucha justificación que “la cirugía de la piedra” es de la Edad de Piedra. La gran mayoría de los cálculos renales y del uréter (conducto que comunica al riñón con la vejiga) pueden ser tratados con litotripsia extracorpórea por ondas de choque, método de último avance tecnológico en el mundo y disponible en México en varios centros.
Mediante ondas de choque de gran velocidad que se generan dentro del litotriptor se hacen confluir mediante un reflector en el centro de la piedra para disminuirla después de emitir aproximadamente 3,000 ondas de choque en el transcurso de 30 minutos (100 ondas por minuto). De esta forma se pueden destruir cálculos de alrededor de un centímetro de diámetro, después de esta media hora, el paciente ya puede ir a su domicilio y reintegrarse a sus labores en el lapso de 12 horas, sin necesidad de cirugía.
Existen cálculos de mayor tamaño y que pueden ser destruidos también, pero requiere de colorar un catéter (tubo o manguerita) dentro de las vías urinarias (desde el riñón a la vejiga) para drenar la orina en la que los fragmentos de cálculos son expulsados sin obstruir las vías urinarias.
Los cálculos del tercio inferior del uréter es preferible tratarlos mediante cirugía endoscópica introduciendo un aparato llamado ureteroscopio a través de la uretra (conducto que comunica el exterior con la vejiga y es el tracto por donde orinamos) y que tiene unos lentes, o fibra óptica, que puede transmitir la imagen a una pantalla y así el cirujano podrá extraer el cálculo o destruirlo directamente y luego extraer con pinzas los fragmentos.
Las grandes masas calculosas, entre ellas los coraliformes, se pueden tratar con litotripsia extracorporea, pero requiere de muchas sesiones, aproximadamente entre 6 y 10, por lo que es preferible destruir estos cálculos con una modalidad de cirugía que se llama nefrolitotomía percutánea; esto quiere decir crear un túnel entre la piel de la espalda y el riñón hasta sus cavidades, por donde se mete un aparto del grueso de un pluma que tiene lentes que transmiten la imagen a un ocular al cual se le conecta una cámara que transmite la imagen a una pantalla y se puede ver el cálculo dentro del riñón y por medio de litotriptor, muy semejante a como se destruye el pavimento de las calles cuando se arreglan. Este aparato, como taladro neumático, rompe el cálculo y por medio de pinzas se van extrayendo todos los residuos.
En México no suman más de 10 los médicos que practican esta cirugía. Esta limitante hace que muchos urólogos prefieran optar por una operación convencional, que conlleva una herida en la piel de 30 cm., en la parte lateral del abdomen, y así abordar el riñón y después la piedra.
La gran diferencia con la cirugía antigua es que con esta se tenía que abrir al paciente, cuyas heridas ofrecían potenciales complicaciones, como la infección, o propiciaban una recuperación más lenta de aproximadamente un mes. Por esto hay que proporcionar que las instituciones y los médicos deban, como primera opción, ofrecerle a sus pacientes litotrpsia extracorpórea, o cirugías endoscópicas, considerando que la cirugía de los cálculos hoy en día estrictamente implica un salvajismo.
El educar a las personal a través de los medios, hace que los enfermos exijan tratamientos dignos y no solamente los que les ofrezcan, porque aunque parezca mentira hoy día hay pacientes que se operan en forma antigua de sus cálculos, y es por desconocimiento de sus derechos como pacientes.
Llevar una herida en el abdomen por una cirugía de litiasis, habla solamente de subdesarrollo, ignorancia o incapacidad; la cirugía de litiasis sólo se justifica en muy contados casos, en los que por alguna complicación o dificultad técnica se tuvo que optar por esta solución.